Uno de los alimentos más ricos a nivel nutritivo que existen en este mundo son los germinados y el mejor periodo del año para comerlos es la primavera. En este período del año todas las energías "durmientes" de la Naturaleza se están despertando, incluidas las semillas, por eso, comer germinados en primavera nos ayuda a conectarnos con los ciclos vitales de la sabia Madre Natura. En mi cocina los uso muy a menudo.
En el proceso de germinación de una semilla tienen lugar cambios a varios niveles. A nivel físico, por ejemplo, cuando una semilla germina (grano, legumbre, etc...), deja de ser una semilla para convertirse en una pequeña planta. Hay muchos casos de personas que tienen dificultad a la hora de digerir legumbres y a menudo ha servido de gran ayuda comer la misma legumbre germinada.
A nivel químico, cuando una semilla germina, ésta produce (entre otras muchas cosas), una gran cantidad de enzimas, que van a ser muy útiles para la asimilación de dicho alimento durante la digestión, por esta razón los germinados de legumbres, por ejemplo, en general son más fáciles de digerir que la legumbre en sí.
A nivel energético se puede decir que los germinados están llenos de energía vital, siendo uno de los pocos alimentos que comemos "vivos", por lo que comidos crudos, proporcionan dicha energía al organismo.
Se pueden encontrar germinados en varias herboristerías y supermercados, pero su obtención de manera casera es tan sencilla, que merece la pena hacerlos en casa. Además, de este modo, obtendrás un germinado de km. 0 ... y una vez aprendido, créeme...no podrás dejar de hacerlos!!!
Para empezar os recomiendo hacerlo con algunas de las semillas/ legumbres más faciles de germinar:
La semilla de girasol, la lenteja pardina y la judía mungo. El proceso es muy similar en todas las semillas y una vez experimentado el proceso con estas tres "facilonas" se puede probar con otros tipos.
Asegurate de que las semillas que vas a germinar proceden de agricultura ecológica, especialmente el girasol y la soja, ésto es muy importante por varias razones. A veces he germinado soja o garbanzos no biológicos y obtuve resultados poco satisfactorios. En uno de los casos no me germinaron ni la mitad y en el otro, el germinado tenía un sabor amargo.
Qué necesitamos:
-La semilla/legumbre.
-Un bote de cristal.
-Agua.
-Un colador.
Primer paso:
Pon las semillas en remojo en el bote de cristal con bastante cantidad de agua durante 8 horas. Es una buena idea ponerlas por la noche antes de ir a dormir.
Segundo paso:
Después de 8 horas, notarás que ha aumentado el volumen de las semillas, ésto es porque se han hinchado al absober el agua. Lávalas debajo del grifo, cuélas y vuelve a ponerlas en el bote de cristal. Esta vez sin agua, La humedad que hay ya es suficiente. El bote no tiene que estar cerrado a rosca porque es bueno que haya un poco de circulación de aire, pero es recomendable cubrir la boca del mismo, para prevenir la entrada de algún insecto, por ejemplo. Se puede cubrir con una malla, un plato o la misma tapa sin enroscar.
Tercer paso:
Deja el bote en algún lugar en casa, fuera de la nevera y fuera del contacto de los rayos directos de sol. Lava los germinados una vez al día (depende del calor, cuando hace mucho calor, el proceso de fermentación es más rápido y conviene lavarlos más a menudo). Después de dos o tres días, cuando tus germinados han alcanzado la medida que más te guste, podrás guardarlos en la nevera y así "parar" el proceso de crecimiento.
Germinados de lenteja pardina en su segundo dia:
Germinados de judía Mungo en su segundo día:
Germinado de semillas de girasol en su segundo día:
Los germinados de lenteja y judía mungo aguantan bien en la nevera por varios días, sin embargo los de girasol deben ser consumidos lo antes posible pues tienden a oxidarse muy rápidamente.
Para saber más a cerca de germinados y de recetas con germinados visita esta página.
Manu.